"Construiré una fuerza en la que me refugiaré para siempre" .
(Simone de Beauvoir)

29 de octubre de 2013

Cuadro del día.

EL OTOÑO
ALFONS MUCHA (1860 - 1939)

Ya no sentiréis la apacible brisa de mayo, el rocío, el calor del verano. Ahora el suave viento se tornará cada vez más gélido y brioso agotando la savia, marchitando  la belleza efímera. Os rebelaréis en vuestra breve existencia pero tenéis que marchar putrefactas, en vosotras crecerá la tristeza y el moho. El árbol seguirá enhiesto, afligido en vuestra pena pero con el corazón fornido esperando la primavera.

23 de octubre de 2013

Bajo el cielo de París.

Henri Cartier Bresson

Nunca estuve bajo el cielo de París, nunca tuve tus besos.
No sentí en mi piel el otoño, ni escuché como caían las hojas.
Nunca nos quedará París, a ti te sienta mal la gabardina.
Todo seguirá oscuro, no tendré la luz de París.
Anhelo caminar sus calles; nubes, ocres, cemento y adoquín.
A orillas del sena no verás mis lágrimas.
Soñados cafés de Montmartre.
Sueños donde se confundieron días y noches
Madrugadas y crepúsculos en hostales de amor mientras Edith canta... 
Non, rien de rien, non, je ne regrette rien...

Edith Piaf



Eugéne Atget

Eugéne Atget

Coco Chanel

Robert Doisneau


Kiki de Montparnasse

Toulouse Lautrec

Eugéne Atget

Robert Doisneau




10 de octubre de 2013

PÁJAROS Y BLUES

Me he despertado con un terrible dolor de cabeza. Enciendo un cigarrillo, la llama ilumina un segundo la habitación que es un campo de batalla, nuestra ropa, los restos de la borrachera, la almohada y tú sin funda. 

Estoy sudando, esta noche hace un bochorno insoportable. Me acerco a la ventana, cierro los ojos y giro la cabeza en un intento de atrapar la ligera brisa que entra.  Se me eriza la piel y aspiro un par de caladas con placer.

Me gusta esta hora cerca del amanecer, aún está oscuro pero hay unos sonidos que anuncian el alba. Detesto los pájaros pero es en estos instantes cuando me encanta escuchar como despiertan con su trino, canto, piar o como quiera que se llame, ya he dicho que los detesto y pienso que se me va la olla divagando e intentando captar los ecos nocturnos: la sirena de una ambulancia a lo lejos, el camión de la basura. No son sonidos agradables pero es como si gradualmente rompieran la barrera entre la noche y el día, como si  poco a poco te fueran advirtiendo de que pronto todo será distinto, las pesadillas se acaban, los miedos se diluyen; el sopor del duerme-vela, la quietud, los pensamientos y la inspiración se desvanecen lentamente.

Las voces de unos tíos beodos me hacen sonreír y recordar que no es la primera vez que hemos llegado a tu casa tambaleándonos, riendo como hienas. Siempre acabo descalza con la carrera en la media y los tacones en la mano. Me suena casi a ritual; mientras tú abres la puerta yo te miro, la camisa entreabierta, el pelo desordenado, coloco tu flequillo y pienso que me encantas y lo que nos espera.

Es ahí en nuestros combates, en el cuerpo a cuerpo donde nos volvemos vulnerables y el roce de tu cuerpo y la electricidad que me produce el contacto con tu piel la que me hace creer que realmente me quieres.

En el suelo hay tirado un disco de Bessie Smith, con el ultimo vaso escuchamos Empty bed blues  y  pensar en esta canción me devuelve a la melancolía.

Apago mi cigarro, estrujándolo contra el cenicero como si así quisiera apagar toda mi tristeza como si redujese a cenizas mis paranoias. Entre nosotros nunca existieron reglas, nunca nos pedíamos nada a cambio. Tú bebías de mi y yo de ti, pero no me puedo quitar de la cabeza la idea de no volver a verte, tengo mil motivos para hacerlo pero al final ninguno me convence.

El estomago me da vueltas, siento nauseas y desde luego no es por la borrachera, es el temor a que me despedaces y luego tener que recoger unos pedacitos tan minúsculos  imposibles de reparar.

Intento saber porque tengo tanto miedo, puede que sea esa absurda frialdad que a veces tratas de mostrarme y demostrarte, ese afán por levantar la cabeza y fingir que nada te importa.

Yo quiero que seamos lo que somos.  No necesito que me digas que me quieres porque no existe en nuestro vocabulario. Solo me gusta escuchar canciones y reír a tu lado, las camas revueltas, unas cervezas y fumarme un cigarro. No pido bailar vals, ni zapatitos de cristal. Pero no me jodas fingiendo indiferencia, eso es lo que me destroza.

La mañana y su luz se filtran en la ventana, todo está en penumbra, parece un momento irreal, como si fuera una escena de cine en blanco y negro. Recordaré esta luz porque se quedará grabada no se donde en mi mente.  Y me acordaré de esta ventana,  del cigarrillo y de los puñeteros pájaros y la canción que me destrozará pero no podré dejar de escucharla. Y seré capaz de conservar el recuerdo de la sensación de que se apaga la noche y todo cambia y la magia ya no existe, y lo nuestro se diluye.

2 de octubre de 2013

OPHELIA


Ophelia ( Sir John Everett Millais)
¡Pobre Ophelia! Canta tu canción mientras la rama del sauce llora a la razón perdida, ramilletes de desesperación escaparon de tus manos.

¡Pobre loca! Recogiste flores malsanas y encontraste sueños que se desvanecen, tu mirada duerme en las gélidas aguas donde encontrarás la paz para tu alma.
Lys

Ophelia (Alexandre Cabanel)
Ophelia (John W Waterhouse)
Ophelia 1889 (John W Waterhouse)

Ophelia (Antoine- Auguste Ernest Hebert)
Ophelia 1.894 (John W Waterhouse)